
En un entorno regulatorio cada vez más complejo, la función de legal y compliance ha pasado de ser un área reactiva a convertirse en un pilar estratégico para la sostenibilidad del negocio. Normativas sobre protección de datos, prevención de blanqueo de capitales, buen gobierno corporativo, ESG o ética empresarial están redefiniendo la forma en que operan las compañías y condicionan su capacidad para crecer.
Desde Melt Group lo comprobamos a diario: las organizaciones que invierten en talento especializado en legal y compliance no solo reducen su exposición a sanciones o litigios, sino que también ganan confianza de clientes, inversores, empleados y reguladores. Cumplir la norma ya no es suficiente; la clave está en convertir el cumplimiento en una ventaja competitiva real.
Por eso, en este artículo analizamos por qué legal y compliance es un área crítica, qué perfiles están siendo más demandados y qué buscan hoy las empresas cuando incorporan este tipo de talento.
Por qué legal y compliance se ha vuelto estratégico
Durante años, la función jurídica se veía como una unidad orientada a “apagar fuegos”: revisar contratos, responder reclamaciones o gestionar conflictos puntuales. El avance regulatorio, la presión social y el escrutinio público han cambiado esta lógica. Hoy, legal y compliance participa desde el diseño de productos hasta la definición de modelos de negocio.
Algunas razones que explican este cambio:
Aumento de la regulación sectorial y transversal (datos, competencia, consumo, laboral, fiscal…).
Exigencia de transparencia, buen gobierno y responsabilidad por parte de inversores y sociedad.
Aparición de marcos de reporte no financieros y criterios ESG cada vez más exigentes.
Necesidad de demostrar que los riesgos legales, operativos y reputacionales están bajo control.
En este contexto, contar con un área sólida de legal y compliance ya no es opcional: es una condición para crecer, internacionalizarse, atraer capital y mantener la licencia social para operar.
Perfiles clave en legal y compliance
La estructura concreta depende del tamaño, el sector y el grado de madurez de cada organización, pero en los procesos que gestionamos desde Melt Group vemos una serie de perfiles recurrentes dentro del área de legal y compliance.
Director/a Jurídico (General Counsel)
Lidera el área legal, asesora a la Dirección General y al Consejo y garantiza que las grandes decisiones estratégicas se alineen con el marco normativo. En compañías donde los ámbitos jurídico y de cumplimiento están integrados, suele coordinar también la función de compliance y la relación con reguladores y organismos de supervisión.
Responsable de Compliance / Compliance Officer
Es la figura que vela por el diseño, implantación y seguimiento del sistema de cumplimiento. Sus principales responsabilidades suelen incluir:
Elaboración y actualización del mapa de riesgos de cumplimiento.
Desarrollo de políticas internas, códigos éticos y procedimientos.
Gestión de canales de denuncia y protocolos de investigación interna.
Diseño de planes de formación y sensibilización.
Seguimiento de indicadores y reporting a la alta dirección.
En la práctica, actúa como puente entre negocio, área legal y órganos de gobierno.
DPO / Delegado de Protección de Datos
Con el RGPD y las normativas de privacidad, el DPO se ha consolidado como un perfil esencial. Supervisa que el tratamiento de datos personales cumpla la normativa, asesora en proyectos digitales, evalúa riesgos de privacidad desde el diseño (privacy by design) y actúa como interlocutor con la autoridad de control.
Especialistas en regulación sectorial
En sectores como banca, seguros, pharma, energía, alimentación o transporte, la combinación de legal y compliance con un profundo conocimiento sectorial es determinante. Estos perfiles:
Interpretan la normativa específica aplicable al negocio.
Acompañan proyectos críticos (nuevos productos, licencias, cambios de modelo).
Dialogan con reguladores y asociaciones sectoriales.
Traducen requisitos técnicos en procedimientos operativos concretos.
Compliance penal y anticorrupción
Es un ámbito en fuerte crecimiento, especialmente en grupos empresariales y compañías con actividad internacional. Sus responsabilidades habituales incluyen:
Diseño e implantación de programas de prevención de delitos.
Evaluación de terceros (third party due diligence).
Protocolos de regalos, conflictos de interés y relaciones con la Administración.
Monitorización continua y revisión periódica del modelo.
Auditoría interna con foco en cumplimiento
Aunque no siempre depende del área legal, trabaja de forma muy coordinada con legal y compliance. Su misión es verificar que lo que está sobre el papel (políticas, códigos, controles) se cumple de verdad en la práctica, identificando brechas y proponiendo mejoras.
Competencias que marcan la diferencia
Más allá del conocimiento jurídico, los mejores perfiles de legal y compliance comparten una serie de competencias que, desde la perspectiva de las empresas, marcan la diferencia:
Visión de negocio: no se trata solo de interpretar la norma, sino de proponer alternativas viables que permitan avanzar al negocio sin asumir riesgos inasumibles.
Comunicación clara: traducir el lenguaje técnico jurídico en mensajes entendibles para dirección, mandos intermedios y equipos operativos.
Capacidad de influencia: impulsar cambios de comportamiento, promover cultura ética y obtener compromiso más allá del “checklist”.
Pensamiento preventivo: anticiparse a riesgos emergentes en lugar de limitarse a reaccionar ante problemas ya materializados.
Orientación a datos: usar indicadores de legal y compliance, matrices de riesgo o resultados de auditoría para priorizar acciones y justificar decisiones.
Esta combinación convierte al área en un socio interno que facilita el negocio, no en un mero “freno” o filtro de aprobación.
Retos para atraer talento de legal y compliance
El mercado de profesionales especializados en legal y compliance es cada vez más competitivo. Las compañías se enfrentan a varios desafíos:
Escasez de perfiles especializados: especialmente en compliance penal, privacidad, ESG o regulación sectorial avanzada.
Competencia por el mismo talento: despachos, consultoras y empresa final pujan por profesionales con trayectorias similares.
Expectativas de rol: muchos candidatos quieren tener voz en la estrategia, acceso a la alta dirección y capacidad real de influencia.
Flexibilidad y desarrollo: el talento más cualificado valora modelos híbridos, itinerarios de carrera claros y proyectos de transformación, no solo “gestionar cumplimiento” de forma rutinaria.
En Melt Group, cuando trabajamos posiciones de legal y compliance, vemos que el ajuste entre cultura, estructura de gobierno y expectativas del profesional es tan relevante como el encaje técnico.
