
La gig economy, o economía de los trabajos esporádicos, ha transformado la manera en que muchas personas se acercan al mercado laboral. El término “gig”, que tiene sus raíces en la jerga musical y hace referencia a las actuaciones breves o “bolos” que realizan las bandas, se aplica ahora al ámbito profesional para describir empleos de corta duración y con tareas muy específicas dentro de un proyecto.
En este modelo, las empresas contratan trabajadores independientes para llevar a cabo trabajos puntuales o encargos temporales, en lugar de ofrecer posiciones fijas a largo plazo. Profesionales como freelancers, consultores y autónomos encuentran en la gig economy una oportunidad para diversificar sus fuentes de ingresos y gestionar su tiempo con mayor flexibilidad.
El auge de las plataformas digitales, como servicios de entrega, transporte o proyectos creativos, ha impulsado esta modalidad laboral, permitiendo conectar a trabajadores y empresas de manera rápida y eficiente. Sin embargo, a medida que la gig economy gana protagonismo, también surgen preguntas sobre sus ventajas, desafíos y el futuro de la estabilidad laboral.
¿En qué consiste la gig economy?
La gig economy, o economía de trabajos temporales, es un modelo laboral alternativo al esquema tradicional, donde una persona realiza tareas puntuales o específicas y recibe un pago por su trabajo de manera independiente.
El término “gig” apareció en Estados Unidos hace aproximadamente dos décadas, en referencia a labores colaborativas y esporádicas, como trabajos domésticos. Sin embargo, con el avance tecnológico y la irrupción de nuevos modelos de negocio impulsados por empresas de Silicon Valley, este fenómeno ha crecido rápidamente y se ha expandido por todo el mundo.
La gig economy tuvo un papel fundamental en la recuperación económica tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19. Por ejemplo, durante las primeras semanas del confinamiento en marzo de 2020, el uso de plataformas de entrega a domicilio como Rappi o DiDi Food aumentó hasta un 50 %, dependiendo del país y de las restricciones locales.
La crisis económica evidenció la necesidad de contar con formas flexibles y de fácil acceso para generar ingresos, especialmente en contextos de pérdida masiva de empleos. En el punto más crítico de la pandemia, más de 31 millones de personas en la región se quedaron sin trabajo, lo que dejó en claro que las plataformas digitales podían servir como una solución rápida y accesible, funcionando incluso como una especie de “seguro de desempleo” informal para quienes buscaban nuevas oportunidades económicas.
Hoy, la gig economy se posiciona como una alternativa clave en el mercado laboral, permitiendo a millones de personas generar ingresos de manera flexible y adaptarse a un entorno económico en constante cambio.
Características de la economía gig
A diferencia de los empleos tradicionales a tiempo completo, la gig economy se basa en trabajos temporales y actividades puntuales realizadas por prestadores de servicios independientes, sin un empleador fijo. Este modelo rompe con la estructura tradicional de trabajo, ofreciendo mayor flexibilidad y autonomía a quienes participan en él.
Servicios bajo demanda
En la gig economy, los servicios se ofrecen bajo demanda o “on demand”. Esto significa que las personas pueden brindar servicios únicamente cuando surge una necesidad específica, a través de plataformas digitales que conectan a los proveedores de servicios con clientes potenciales. Estas interfaces facilitan el contacto inmediato y la prestación de servicios de manera rápida y eficiente.
Trabajos puntuales y de corta duración
Las actividades realizadas en este modelo tienen un tiempo determinado y suelen ser de corta duración. Ejemplos comunes incluyen un viaje solicitado mediante aplicaciones como Beat o una entrega de comida realizada a través de DiDi Food. Estas tareas finalizan en minutos u horas, a diferencia de un contrato laboral de largo plazo.
Horarios flexibles y autogestionados
Una de las principales ventajas de la gig economy es la posibilidad de gestionar el tiempo de trabajo de acuerdo con las necesidades individuales. Cada persona puede decidir cuándo conectarse y durante cuánto tiempo ofrecer sus servicios.
Por ejemplo, una encuesta realizada en 2018 a conductores de Uber en países como Chile, Colombia, México, Perú y Brasil reveló que:
- El 22 % de los encuestados tenía un trabajo de tiempo completo y utilizaba estas plataformas para complementar sus ingresos.
- El 21 % se identificó como trabajadores independientes.
Esta flexibilidad permite que algunos usuarios consideren las plataformas como su principal fuente de ingresos, dedicándoles gran parte de su tiempo, mientras que otros las utilizan como una forma de ingreso adicional, trabajando solo unas horas, como en fines de semana o en su tiempo libre.
Uso de plataformas digitales colaborativas
Los servicios en la gig economy se ofrecen a través de plataformas digitales basadas en la localización, que conectan a los prestadores con los clientes en un entorno físico específico. Esto contrasta con el trabajo en la nube o especializado, como el ofrecido en plataformas como Workana, donde el trabajo puede realizarse de forma remota.
Algunos ejemplos comunes de plataformas colaborativas son:
- Aplicaciones de transporte, como Uber o Beat.
- Servicios de entrega a domicilio, como Rappi o DiDi Food.
Estas plataformas son clave para la operación de la gig economy, ya que facilitan la conexión directa, la gestión de tareas y la entrega de servicios en tiempo real.
Las ventajas y desventajas de este modelo de trabajo
Aunque este modelo brinda oportunidades interesantes, también presenta desafíos que es importante considerar.
Ventajas para los trabajadores
Flexibilidad horaria
Una de las mayores ventajas de la gig economy es la libertad para gestionar el tiempo de trabajo. Los trabajadores pueden decidir cuándo y cuánto trabajar, adaptando su jornada laboral a sus necesidades personales. Esto facilita compaginar responsabilidades, como el estudio, el cuidado familiar o proyectos personales, con la generación de ingresos.
Diversificación de ingresos
Los trabajadores no dependen de una única fuente de ingresos. Al participar en diferentes proyectos o plataformas, pueden diversificar sus oportunidades económicas y reducir el riesgo asociado a perder un solo empleo. Esta modalidad es ideal para quienes buscan complementar su salario fijo con ingresos adicionales o para quienes quieren evitar depender de un solo cliente.
Acceso rápido a oportunidades de trabajo
La gig economy ofrece bajas barreras de entrada, lo que permite a personas de distintos perfiles acceder a oportunidades laborales rápidamente. Esto resulta especialmente beneficioso en situaciones de desempleo o crisis económica, ya que facilita la posibilidad de generar ingresos a corto plazo.
Conciliación entre vida personal y laboral
Al no estar sujetos a un horario fijo ni a un espacio de trabajo determinado, los trabajadores tienen mayor capacidad para organizar sus tareas y equilibrar su vida profesional con sus necesidades personales. Esto permite una mayor autonomía y mejora la calidad de vida para quienes valoran la libertad de elección.
Posibilidad de incrementar los ingresos
En función del tiempo dedicado y las oportunidades aprovechadas, la gig economy puede ser una vía efectiva para aumentar los ingresos. Aquellos que optimizan sus habilidades y tiempo pueden acceder a proyectos de mayor remuneración o combinar múltiples trabajos para alcanzar sus objetivos financieros.
¿Y cuáles son sus desventajas?
Inestabilidad económica
Al tratarse de trabajos temporales y por encargo, los ingresos en la gig economy suelen ser variables e impredecibles. No existe una garantía de obtener un flujo constante de trabajo, lo que puede generar incertidumbre económica, especialmente para quienes dependen exclusivamente de este modelo.
Falta de beneficios laborales
En la mayoría de los casos, los trabajadores de la gig economy no cuentan con los beneficios típicos de un empleo formal, como seguro médico, aportes para la jubilación, vacaciones pagadas o protección ante el desempleo. Esto puede llevar a una vulnerabilidad financiera, especialmente a largo plazo.
Altos niveles de competencia
Dado que la gig economy está abierta a una amplia variedad de perfiles, la competencia por acceder a proyectos puede ser alta. Esto puede presionar a los trabajadores a reducir sus tarifas para obtener oportunidades, lo que limita su potencial de ingresos.
Ausencia de derechos laborales
En muchos casos, los trabajadores no están protegidos por leyes laborales tradicionales. Esto implica una falta de seguridad en aspectos como la protección ante despidos injustificados, regulación de horas de trabajo o compensación por accidentes laborales.
Dificultad para el ahorro y la planificación
La variabilidad de los ingresos hace que sea más difícil planificar financieramente a largo plazo. La ausencia de estabilidad salarial puede dificultar la creación de un fondo de ahorro, la inversión en planes de retiro o la gestión de imprevistos económicos.
La gig economy ofrece una oportunidad flexible y accesible para generar ingresos, especialmente en un mercado laboral en constante cambio. Sin embargo, la falta de estabilidad, beneficios laborales y protección económica plantea desafíos que no deben pasarse por alto. Para los trabajadores, aprovechar al máximo este modelo requiere una buena planificación financiera y el desarrollo de habilidades que permitan acceder a proyectos de mayor valor. Al equilibrar sus ventajas y desventajas, la gig economy puede ser una opción viable y enriquecedora para muchos profesionales.