Hábitos laborales

Durante la jornada laboral, que está diseñada para ofrecer el tiempo suficiente para poder completar las tareas diarias y cumplir con fechas de entrega y obligaciones, confluyen una serie de hábitos laborales que, en ocasiones, rompen drásticamente nuestra concentración, la dinámica de trabajo y nuestro rendimiento laboral. 

Nuestros hábitos, además de las inevitables distracciones y los ladrones de tiempo, son los principales responsables de que no podamos gozar de una vida laboral saludable y de que acabamos perdiendo en eficiencia y productividad

Mucha de nuestro tiempo y energía acaban desgastándose en situaciones o circunstancias que, generalmente, no dependen exclusivamente de nosotros. Sin embargo, si nos centramos en mejorar aquellos aspectos que sí están a nuestro alcance y sobre lo que sí que podemos influir, podríamos mejorar la eficiencia, la energía de la que disponemos al trabajar y hacerlo así con mayor vitalidad y mejor predisposición. 

Hábitos laborales que debemos evitar 

España es uno de los países en los que más horas se trabaja y, aunque parezca paradójico, en los que con los indicadores de producción son más bajos. 

Aquellos empleados que tienden a ampliar su jornada laboral acaban por ralentizar su ritmo de trabajo, por lo que dedican un mayor número de horas a realizar las mismas actividades. Esto se traduce en una pérdida de productividad y eficiencia. 

La procrastinación

La procrastinación, o el hábito de retrasar las actividades o situaciones que debemos atender por miedo a afrontarlas o pereza a realizarlas. Para poder superar la procrastinación y pasar a la acción, es importante preguntarnos qué relación tenemos con dicha actividad, por qué la postergamos y qué emociones nos despiertan. 

Realizar esta práctica es fundamental para evitar la posterior ansiedad o estrés que supondrá no haberse enfrentado a la actividad en su momento. 

Otro elemento que sirve de ayuda a la hora de evitar la procrastinación es ponernos objetivos realistas y realizables, ya que presentarnos objetivos demasiado ambiciosos puede tener el efecto contrario y acabar siendo menos productivos ante la lista inabarcable de tareas por hacer.

Establecer tiempos limitados de descanso, así como premiarse si sé cumplen las tareas, son otros elementos que pueden evitar esta serie de hábitos laborales perjudiciales para nuestro desempeño laboral. 

La tecnología es adictiva 

Esta nueva era digital nos brinda múltiples beneficios, gracias a ella disponemos de una serie de herramientas que han agilizado los procesos de trabajo y han mejorado la efectividad en muchos aspectos. Sin embargo, es importante mencionar también la capacidad adictiva que las nuevas tecnologías. 

La gratificación inmediata rige la sociedad actual. Esto quiere decir que estamos cada vez más acostumbrados a recibir una satisfacción inmediata (recompensa a través de la dopamina) de aquella información que queremos satisfacer. 

Esta gratificación inmediata tiene efectos directos en nuestra capacidad de atención, que cada vez se ve más reducida. Uno de los grandes distractores a la hora de mantener la concentración durante un tiempo prologando en las jornadas de trabajo son los dispositivos electrónicos, y las redes sociales. 

Tomar conciencia de lo nocivos que estos hábitos pueden llegar a ser, así como de los efectos notables que tienen sobre nuestra productividad y desempeño, es el primer paso para poder hacerle frente.

Llegar tarde, no delegar, decir siempre que sí…

Son algunos de los hábitos laborales que debemos aprender a dejar atrás para gozar de una buena salud laboral. Esta serie de comportamientos hará que tardemos más tiempo en completar las tareas y que, por ende, tengamos que pasar más tiempo en el puesto de trabajo del que nos gustaría. Pero para poder acabar con estos hábitos laborales es fundamental ser conscientes de estas malas costumbres, saber identificarlas y ser capaces de frenarlas cuando vemos que aparecen. 

La organización, la clave del éxito 

El exceso de distracciones constantes que son innecesarias para el desempeño de nuestra actividad laboral son otros de los inconvenientes a los que tenemos que hacer frente para mejorar nuestra calidad de vida en el trabajo, así como nuestra productividad y, en consecuencia, satisfacción por haber podido realizar las tareas en el periodo asignado. 

Para ello, la organización es un elemento fundamental. Para tener una relación sana y poder conciliar nuestra vida personal con la laboral es fundamental que sepamos sacar el máximo provecho a la jornada laboral y no olvidarnos de reservar un tiempo para nosotros. Estar satisfecho con esta conciliación será clave a la hora de acudir al trabajo con una mejor actitud, mayor positividad y poder deshacerse de esos pensamientos negativos relacionados con el no tener tiempo para hacer lo que a uno le gusta. 

¿Qué ocurre cuando nos sabemos establecer estos límites para la conciliación? 

Este hecho se puso especialmente de manifiesto durante la cuarentena, cuando el teletrabajo desdibujó los horarios y se acabó convirtiendo en un acto compulsivo en muchos de los casos. 

Esto se denomina como el síndrome del trabajador burbuja, que consiste básicamente en la incapacidad de marcar límites en su vida laboral, lo que acaba desarrollando en situaciones de estrés que pueden ser perjudiciales para la salud. 

¿Cómo evitar los malos hábitos laborales?

Saber evitar estos malos hábitos requiere, en primer lugar, que tomar conciencia de cuáles son los hábitos que debemos erradicar. Este paso es el primero y, además, el fundamental para poder eliminarlos por completo de nuestra rutina de trabajo.

El siguiente paso se basa en plantear alternativas a estos malos hábitos laborales, elaborar una lista de buenas prácticas y planificar nuestras tareas, siendo conscientes de nuestros recursos, nuestras posibilidades y nuestros límites. 

Hay 5 elementos que son fundamentales para saber jerarquizar lo que debería ser prioritario en nuestro desempeño laboral: 

  • Poner el foco en lo que depende de nosotros.
  • Elaborar una lista de tareas realista.
  • Establecer límites entre trabajo y nuestra vida personal.
  • Ser conscientes de nuestras limitaciones.
  • Solicitar ayuda cuando la necesitemos.

¿Qué papel juegan las empresas en la construcción del clima laboral? 

La empresa es responsable del bienestar laboral de sus empleados de manera proporcional  al compromiso que esta adquiera con ello. A veces, cuestiones tan simples como la flexibilidad horaria pueden suponer mejoras notables del clima laboral. 

Sin embargo, lo más recomendable es plantear las acciones en función de las necesidades de los empleados. Las compañías deben preguntarse qué se puede hacer para mejorar el bienestar de sus empleados. Ya que a la larga, es un beneficio para todos. Un buen clima laboral y unos empleados con unos hábitos laborales positivos pueden marcar la diferencia en el desempeño general de una compañía

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com